miércoles, 2 de febrero de 2011

CONCLUSIONES SOBRE EL FRACASO ESCOLAR:

¿Qué es el fracaso escolar?
José Saturnino Martínez García (Fracaso escolar, clase social y política educativa) señala que el alumno que padece fracaso escolar es el que no ha adquirido, en el plazo previsto, las competencias y conocimientos que la escuela preveía que adquiriera. En nuestro sistema educativo, el indicador estándar de fracaso escolar es la proporción de alumnos que no han obtenido el título obligatorio de ESO a la edad adecuada, a los 16 años.
¿Qué es el Fracaso Escolar para un estudiante fracasado?
Ainara: "el que pasa de estudiar, que no lo quiere para nada, piensa que no le va a ser útil, prefiere estar en la calle sin hacer nada, delinquiendo".
Odei: "para mí es estar todo el día tirado en la calle sin hacer nada, ni dar un palo al agua. Y lo que no es el fracaso es salir a buscar algo que hacer".
Aunque el Fracaso Escolar no esté definido muy objetivamente, de forma general, lo que sí está claro es que el sistema educativo pretende con la obligatoriedad de la Enseñanza Secundaria es formar ciudadanos, que los chicos estén preparados para un puesto de trabajo, para la vida independiente.
Con una tasa del 31%, España es el segundo país de la Unión Europea en fracaso escolar. Pese a los grandes avances de las últimas décadas, el sistema académico resulta ineficaz para algunos niños y adolescentes con una situación socioeconómica difícil.
Cuando el escolar no tiene un ambiente familiar apropiado, y en el caso de familias desestructuradas, entonces la DESMOTIVACIÓN es profunda hacia los estudios, y por consiguiente desemboca en un posterior fracaso escolar. Según recoge Francisco Juan García Bacete en el artículo Las relaciones escuela-familia: un reto educativo.
El efecto Pigmalión, “la profecía que se cumple a sí misma”, estudio de Rosenthal y Jacobson (1968), demostraba que la predicción de los resultados del alumno por parte del profesor tiende a influir en su evaluación y resultado final. Una expectativa positiva tiene un efecto favorable, mientras que la anticipación del fracaso escolar contribuye a provocarlo.
En toda su vida académica, los chicos fracasados han oído que son malos estudiantes y empiezan a pensar que no son capaces, que no pueden y quieren salir de esta situación porque se sienten mal, se sienten desmotivados.
Recientemente, La Comisión Europea, en la Comunicación al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones, ‘Abordar el abandono escolar prematuro: una contribución clave a la agenda Europa 2020’, señala que una de las razones del fracaso escolar es la falta de motivación, orientación o apoyo. La experiencia del fracaso, la falta de confianza en uno mismo (desmotivación) durante el aprendizaje y el aumento de los problemas sociales, emocionales y educativos tras el abandono reducen la probabilidad de lograr una cualificación y de terminar los estudios con éxito.
Por ello propone medidas compensatorias que ofrezcan oportunidades de educación y formación, ayudar a los jóvenes a reincorporarse a la educación general o a proporcionar una “segunda oportunidad”. Por tanto, los enfoques acertados en los “centros de segunda oportunidad” difieren notablemente de los de la enseñanza general, al abordar las dificultades que los alumnos tuvieron en la enseñanza general.
Un ejemplo de escuela de segunda oportunidad es la gestionada por la Fundación Tomillo (entidad privada sin ánimo de lucro) en una zona desfavorecida de Madrid (Documental - Un pulso al fracaso, de TVE). La escuela de segunda oportunidad trata de devolver a estos chavales la oportunidad de tener un proyecto de futuro, ya que los chicos tienen perdida la esperanza y que son ‘capaces de’. El centro está diseñado para convencerles de que pueden, que son capaces de todo y de hecho lo consiguen. Atienden al individuo por encima de lo académico. Hay que demostrarles que el profesor no es el enemigo, que ellos son capaces y que creemos en ellos. Nada de lo ocurrido antes importa. Cuando el profesor le dice “tú puedes y vamos a hacerlo juntos” la actitud del alumno cambia por completo.
Los chicos que acuden a este centro llegan desmotivados por la situación en la que se encontraban en sus institutos. Estaban desatendidos y con la autoestima por los suelos. Entre los comentarios de estos alumnos fracasados recogidos en el documental podemos destacar los siguientes:
·         “Si en el anterior instituto en el que estuve hubiesen estado conmigo como aquí, pum, pum, pum…, yo tendría el graduado”, Juan.
·         “La ayuda que yo he tenido aquí no la he tenido en el instituto”, Ainara.
·         “Hay veces que todo lo que hago está mal, todo lo que haces está mal, a mí me sienta muy mal, es que parece que no valgo para nada, que todo lo que hago está mal”, Ainara.
Tienen la autoestima destruida por el único mensaje que han recibido, que son incapaces. Pero, ¿son estos chicos realmente incapaces? Necesitan un empujón, una estimulación que provoque su motivación para conseguir graduarse. Pero el sistema educativo no está preparado para hacerse cargo de estos chicos y son excluidos del sistema general. Entonces, cabría preguntarse ¿es necesaria una reforma del sistema educativo?
Las reformas educativas suelen tomar como modelo a profesores, padres y/o estudiantes especialmente motivados, en escuelas con buen clima escolar, en vez de contar con personas promedio. El problema es que no se sabe cómo generar este buen clima escolar desde la Administración.
            La LOGSE ha convertido en prácticas administrativas obligatorias aquellas actividades que los centros con buen clima escolar hacen de motu propio y sin papeleo. El problema es que se copia mal a los centros que funcionan bien y la reforma educativa fracasa porque los agentes educativos son reales y no ejemplares.
            ¿Y cuál es la solución? No se trata de legislar con los resultados obtenidos en diferentes experiencias piloto como la del IES Julio Verne de Leganés (Madrid) que ha conseguido reducir la tasa de fracaso escolar, sino asumir la realidad social de nuestro país y remediar las diferencias sociales. Mientras los gobiernos solucionan este problema, lo que todos los docentes pueden hacer es implicarse mucho más en la tarea de la educación, intentando estimular a los chicos para provocarles una motivación por los estudios. Para ello necesitarán la ayuda de las familias y el apoyo de la Administración.

6 comentarios:

  1. Vaya si te has lucido chico! Es estupenda la conclusión, pero así se la pondremos en el foro? Lo veo un poco "tocho", pero no está mal, hablas con bastante propiedad para defender nuestra causa. Yo había comenzado a hacer mi crítica pero por motivos de conexión te has adelantado, aunque la mía iba a ser extremadamente breve, y a lo mejor no tan explicativa como la tuya. Saludos.

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  2. Pero vamos, viendo el foro, tu comentario viene genial!

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  3. Yo lo veo perfecto.Visto lo que hay en el foro...te vas a salir!!
    Quizas haría más incapié en lo de que la familia puede serun elemento desmotivador y que hay muchas de ellas que eso del acercamiento al colegio ni lo contemple,pero es un simple matiz.

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  4. yo tambien he estado mirando el foro, y la verdad....todo el mundo se ha dedicado a defenderse, pero Fernando yo el tuyo lo veo supremo!!!!esqeu está recogido todo, en el sentido de las causas y efectos que prodicen la desmotivación, arguementandolo con toda la documentacion y sobre todo con casos reales del programa de television, y la conclusion la veo genial, porque incluye familia, administracion y profesores y la palabra mágica:estimular!!

    yo quizás no haría más incapie en la familia, porque es como darle baza al equipo que la defienda para darle la razon de qeu es un foco proncipal del fracaso escolar!!!!

    la desmotivacion engloba todo, yo creo que con nombrarlo está bien, porque nuestra argumentacion va más alla!!

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  5. Pues si todos estamos de acuerdo la podemos subir ya,no?

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  6. Carmen, con lo de la familia que comentas, por un lado, sí he recogido el argumento de que las familias desectructuradas producen desmotivación, aunque por otro lado, me ha faltado matizar la falta de implicación de las familias en la tarea educativa escolar de sus hijos. Buena idea.

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